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No hay duda de que la leche materna proporciona todo lo que se necesita nuestro bebé. Los estudios han demostrado que contiene anticuerpos (defensas) que protegen al pequeño frente a infecciones como catarros, otitis, neumonías, diarreas, eccema crónico u otros. También hay estudios que indican que protege de futuras patologías como la obesidad, el asma o la alergia.

Por si fuera poco, además también hay estudios que han concluido que los niños y las niñas alimentados al pecho tienen menor riesgo de padecer el síndrome de muerte súbita del lactante e incluso favorece el desarrollo intelectual. Estos beneficios se obtienen tanto si es lactancia exclusiva como mixta.

Beneficios para las madres

Los beneficios para las madres son igualmente numerosos: reduce el riesgo de depresión posparto, anemia, el útero vuelve antes a la normalidad y existe menos riesgo de hemorragia posparto. Además, a largo plazo previene del cáncer de mama, cáncer de ovario y reduce el riesgo de osteoporosis e hipertensión en la menopausia.

Quizá al principio no sea fácil. El comienzo puede ser duro para la madre ya que ésta puede no sentir la subida, los descansos del bebé son muy cortos y puede demandar incluso cada media hora o menos. Todo ello puede llevar a la madre a pensar que el niño está pasando hambre. Sin embargo, hay que tener paciencia. El recién nacido puesto al pecho adecuadamente y al menos 8 veces cada 24 horas, toma el único alimento que cubre sus necesidades y que está «fabricado» de manera exclusiva para él: el calostro.

Aún teniendo claro sus virtudes y que el comienzo puede ser difícil, es inevitable que como madres, surjan algunas dudas. Y en concreto, hay una que asaltará a muchas de ellas antes de ser madres por primera vez y durante la lactancia.

«¿Tendré leche de calidad para amamantar a mi hijo?»

La respuesta a si una madre tendrá leche de calidad para amamantar a su hijo es siempre un rotundo . «La calidad de leche de una madre no se ha de discutir en ningún caso. No hay leche que se adapte mejor que la de la propia madre», según indica el Doctor Diego Hernández, pediatra del Hospital General de Villalba.

La ciencia lo dice y así se ha demostrado en todos los estudios realizados, así que si todavía no estás segura, debes eliminar esta duda de inmediato porque la leche materna es el mejor alimento para el bebé en sus primeros meses de vida siempre.

Recomendaciones en nuestra dieta para hacer nuestra leche aún mejor

Podemos hacer que nuestra leche sea aún mejor si nos cuidamos, preocupándonos por llevar una dieta sana y equilibrada.

Existen muchos alimentos que mejoran la calidad de la leche y hay otros que se deben evitar en estos meses. Te explicamos todas las claves:

  • Bebe unos dos litros de agua al día.
  • Incluye en tu dieta alimentos ricos en zinc como cereales, frutos secos, legumbre e hígado. Y elige sal yodada y alimentos como los pescados.
  • Ten en cuenta que la presencia en la leche de algunas vitaminas liposolubles depende de lo que coman la madres. Consume Vitamina A, que encontrarás en productos de origen animal como la leche, la yema de huevo, el hígado de pescado o los vegetales coloreados, y Vitamina E (aceite de oliva, aguacate, frutos secos, legumbres y pescados).
  • Con respecto a las vitaminas hidrosolubles, intenta consumirlas todos los días. Si lo haces con exceso, no te preocupes porque se eliminan por la orina. Estos son los alimentos ricos en vitaminas del grupo B y C. Las vitaminas B1, B2, B3 o niacina se encuentran en el hígado, los pescados, los huevos y lácteos, así como en algunos alimentos ricos en fibra como legumbres, cereales integrales y algunos vegetales. La vitamina B9 o ácido fólico la encontramos en alimentos de hoja verde (acelgas, espinacas, escarola, etc.), frutos secos (sobre todo en avellanas), cereales integrales y frutas como la naranja y las fresas. La vitamina C está en cítricos, kiwi y verduras como los pimientos.
  • Súper alimentos que debes incluir por contener grasas buenas: Aceite de coco (cómpralo crudo y sólido), Nueces, Aguacate y Avena.

Alimentos y costumbres a evitar:

Hay que evitar las comidas grasas, el alcohol, el tabaco, las bebidas excitantes, como la cafeína y evita abusar de los dulcesalimentos salados o azucarados, grasas refrescos azucarados.

Ten en cuenta también que, aunque sean sanos y hay teorías que dicen que es una forma de introducir diferentes sabores en el niño, hay alimentos que pueden alterar bastante el sabor de tu leche: alcachofas, rábanos, coles, grandes cantidades de ajo y cebolla crudos, especias picantes e irritantes.

Reacciones de nuestra alimentación en nuestro bebé. El cólico del lactante.

La teoría más extendida entre la comunidad científica es que el movimiento del intestino durante los primeros meses es el causante del cólico del lactante y que ningún alimento puede ser responsable. Sin embargo, ten en cuenta que hay alimentos como los lácteos, las nueces y las legumbres, que se han incluido en la lista de alimentos que favorecen la aparición de gases en el niño. Si observas que al consumir alguno de ellos, el bebé se siente irritable, te recomendamos que reduzcas su ingesta de la dieta y observes si tu niño se encuentra más tranquilo.

Lo mejor es dejar pasar dos días entre cada cambio de dieta para hacerse una idea exacta de lo que resulta mejor o peor para el niño.

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