Uno de los momentos más emocionantes de la paternidad y la maternidad es cuando nuestro bebé se hace mayor y comienza a hablar. Algunos lo hacen antes, otros lo hacen después, cada niño tiene su ritmo de aprendizaje. Te contamos algunos consejos para ayudar a que tu hijo se suelte con sus primeras palabras
1- No le atosigues, dale tiempo a hablar
Si tu pequeño todavía no habla, no te preocupes, ya hablará. No le atosigues porque puede ser contraproducente. Y lo mismo ocurre una vez comiencen a hablar. No tienen que estar hablando todo el día sin parar, al igual que los mayores, también necesitan descansar.
Por otra parte, en otras ocasiones puede ocurrir que a veces tarde algo de tiempo en tratar de decir una palabra en un momento determinado. No le cortes, dale tiempo para que consiga decirla.
2- Háblale correctamente
En muchas ocasiones habréis observado a algunos padres diciéndole a su hijo: «Mira el guauguau«, refiriéndose a un perro. Aunque sepa decir antes «guauguau» que perro es mejor hablarles correctamente para que progresen en su vocabulario. En este ejemplo la conversación podría ser la siguiente:
- ¡Mira el perro!
- Guauguau
- Sí, el perro dice guauguau
Es importante que no le hagas sentir como que lo está diciendo mal, hay que introducirle de forma positiva la palabra correcta.
3- Utiliza frases simples
El hecho de que le hablemos correctamente al bebé no quiere decir que tengamos que utilizar un lenguaje complicado y recargado. Utiliza frases bien construidas pero que sean sencillas.
4- Las canciones infantiles le ayudan a hablar
A los más pequeños les encantan las canciones infantiles. Incluso antes de comenzar a hablar ya tararean la música de sus preferidas. Cantar junto a ellos les ayudará en su proceso de aprendizaje.
5- Leele cuentos
Al igual que las canciones, el hecho de que los padres le lean cuentos ayuda al aprendizaje de vocabulario. Los pequeños se fijan en nuevas palabras y disfrutan aprendiendo.
6- Hazle preguntas para incitarle a contestar
Otra forma para ayudarles es con preguntas sencillas que les inciten a contestar. Es buena idea realizar preguntas binarias para que la contestación sea fácil de procesar. Por ejemplo, si pide un peluche con forma de león, puedes presentarle la siguiente disyuntiva: «¿Quieres el león o quieres el perro?» Aunque al principio puede que no conteste a ese tipo de preguntas, al final acabará diciendo «león».
En definitiva, se trata de aplicar el sentido común, tener paciencia y disfrutar junto a tu pequeño de esta etapa tan bonita de su desarrollo.