Una de las primeras indicaciones que te da el médico cuando te quedas embarazada es que no puedes tomar nada de alcohol. El motivo es que puede provocar daños graves al feto. Sin embargo, una vez finalizado el embarazo, ¿se puede ya beber alcohol durante la lactancia?
La respuesta corta es sí, siempre que se haga con mucha moderación y de forma muy ocasional. A partir de un consumo excesivo y habitual, ese alcohol podría traspasarse al organismo del bebé mediante la leche materna.
Según la Asociación para la Promoción e Investigación científica y cultural de la Lactancia Materna, «el consumo de alcohol puede causar sedación, desmedro, irritabilidad y retraso psicomotor en el lactante». Además, «un consumo agudo excesivo puede provocar coma, convulsiones y riesgo de muerte en el lactante».
Por otra parte, se recomienda que en caso de consumir se haga después de las tomas. A ser posible también se recomienda evitarlo en las primeras semanas de lactancia. En ese momento las tomas son más frecuentes, por lo que al cuerpo de la madre no le da tiempo a disipar completamente el alcohol de su organismo.
Mitos falsos: La cerveza no aumenta la producción de leche
Existe un mito popular que dice que la cerveza aumenta la producción de leche. No es cierto, tal y como demuestran los estudios realizados al respecto. Lo que sí sugieren algunos estudios es que la ingesta de cerveza 0.0% y sin (menos de 1% de graduación) genera un aumento de las propiedades antioxidantes de la leche.
Si has tomado alcohol no hagas colecho con tu bebé
Según las recomendaciones de UNICEF también hay que evitar realizar colecho cuando se ha consumido alcohol. No solo alcohol, si no cualquier sustancia que provoque una alteración del estado de conciencia como medicamentos o drogas.
En conclusión, no va a pasar nada porque en alguna ocasión te tomes una copa. Siempre y cuando sea una y de vez en cuando.