Hace pocos días hablábamos de la gran cantidad de información que tenemos al alcance. En ocasiones, incluso esta sobreinformación puede provocar demasiada presión a los padres. Sin embargo, también tiene una vertiente positiva: tenemos a nuestro alcance información ilimitada. Y eso es fundamental cuando tratamos sobre la alimentación de nuestros hijos. Últimamente se habla mucho del aceite de palma y que es perjudicial para nuestros niños. ¿Es cierto? En primer lugar es recomendable saber qué es el aceite de palma y dónde está presente.

¿QUÉ ES EL ACEITE DE PALMA?

El aceite de palma es un aceite de origen vegetal utilizado en multitud de productos. De hecho, es la grasa más consumida del mundo. Su uso es predominante en la industria alimentaria y también se utiliza en algunos cosméticos. También está presente en algunos productos de alimentación infantil.

Su uso mayoritario se debe a su bajo coste en comparación con otros aceites. Además, a temperatura ambiente es untable, por lo que este carácter untuoso lo hace muy agradable en muchos productos. Además, le aporta un toque crujiente y alarga la vida del producto. Asimismo, es fácil de producir y su crecimiento es muy rápido en comparación con otros aceites vegetales. En definitiva, tiene multitud de cualidades positivas para la industria, pero, ¿y para nuestra salud?

¿DE DÓNDE SE EXTRAE?aliemtanción-bebé-aceite-de-palma-aceitedepalma

El aceite de palma se extrae del fruto de la palma africana, conocida técnicamente como Elaeis Guineensis. Se cultiva en África y el sureste asiático, especialmente en Indonesia y Malasia. Se compone en gran medida (45% aproximadamente) de acidos grados, sobre todo de ácido palmítico. Asimismo, está compuesto también por acidos grasos monoinsaturados (36%) y grasas poliinsaturadas (9%).

SU USO SE HA CUADRIPLICADO EN 20 AÑOS

En las últimas dos décadas la producción del aceite de palma ha alcanzado límites alamantes. De los casi 15 millones de toneladas producidas en 1995, se ha pasado a los 61 millones de toneladas en 2015.

¿EN QUÉ ALIMENTOS HAY ACEITE DE PALMA?

El aceite de palma está muy presente en multitud de alimentos para nuestros hijos. De hecho se encuentra en muchos productos catalogados como alimentación infantil. Cabe destacar que la leche materna tiene ácido palmítico, pero difiere mucho del que tienen las leches de fórmula. Sobre todo, el ácido palmítico de origen animal (presente en la leche materna) es muy diferente al de los preparados para nuestros bebés, de origen vegetal.

Esta diferencia tampoco supone grandes incovenientes. El problema está en que el aceite de palma está presente en muchos más alimentos (galletas, algunos potitos, snacks…), y esta sobreexposición al ácido palmítico es perjudicial. Además, educamos incorrectamente el paladar de nuestros hijos a comer de una forma que puede provocarle problemas en el futuro. En este post de Bebés y Más tienes mucha más información.

Generalmente, el ácido palmítico se encuentra en productos procesados y envasados. En concreto, en gran parte de snacks, galletas, pizzas precocinadas, margarinas, bollería industrial y puede ser en el pan de molde y productos dietéticos.

¿EL ACEITE DE PALMA ES LEGAL?

Sí, es legal. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendo limitar su consumo debido a su composición lipídica.

Esta semana ha aparecido numerosas noticias sobre el aceite de palma. En el Levante-EMV en una declaración de Rafael Garcés, investigador del Instituto de la Grasa del CSIC, señala que el aceite de palma es «una grasa oculta no saludable, ya que sube los niveles de colesterol malo”.

Además de la propia composición del ácido palmítico y su carácter lipídico, su problema radica en el procesado del aceite de palma. Este aceite vegetal se trata a altas temperaturas (200ºC) para mejorar el sabor y el olor, principalmente. Por ello, a partir de este procesado muchas investigaciones han relacionado el aceite de palma con enfermedades cancerígenas.

¿TODOS LOS ACEITES SON PERJUDICIALES?

El aceite de palma es perjudicial porque tiene acidos grasos saturados. Por el contrario, el aceite de oliva se compone de grasas monoinsaturadas, por lo que su consumo es aconsejable.

Es fundamental señalar que no todos los aceites vegetales son iguales. Es por ello que en diciembre del 2014 cambió la ley sobre el etiquetado de los alimentos comercializados en la Unión Europea. Antes se podría etiquetar como “aceite vegetal”, pero ahora es preciso indicar el origen de esas grasas.

En este sentido, deseamos que los organismos competentes regulen el uso del aceite de palma y expliquen todas las consencuencias de su uso. También esperamos que las empresas alimenticias lo cambien por otros aceites más beneficiosos para nuestra salud y sostenibles con el medio ambiente.

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